Esta estatua singiti representa a un ancestro masculino de pie, con piernas flexionadas y pies sobre peana circular. La composición se centra en el abultamiento umbilical, donde confluyen los brazos, símbolo del vínculo ancestral y la protección del linaje. El rostro, sereno y contemplativo, exhibe barba, diadema y un elaborado tocado en cruz, indicativos de autoridad y estatus. La precisión en los rasgos faciales y las formas redondeadas acentúan el lirismo propio de la escultura hemba.

La pieza presenta diversas grietas y pequeños depósitos terrosos, aunque su estado general de conservación es bueno. No se han realizado intervenciones recientes de restauración.

Las esculturas singiti materializan el culto hemba a los antepasados y eran custodiadas en santuarios domésticos de los jefes de linaje en la R. D. Congo, principios del siglo XX. Su iconografía enfatiza la continuidad genealógica y el vínculo espiritual a través de símbolos como el ombligo y los atributos de autoridad. Estas obras, de técnica refinada y gran valor ritual, destacan por su lirismo y por marcar la identidad cultural hemba frente a pueblos vecinos como los luba.